Mañana es un día importante para
nosotros. Mañana nos van a comunicar algo que hará que podamos empezar a
escribir en aquel libro en blanco del que os hablé hace ya dos meses. Y mi
subconsciente no me deja de enviar mensajes con posibles futuribles, todos
ellos nada halagüeños.
Sí, es lo que he denominado el síndrome
de “morir de anticipación” o síndrome “de la pitonisa” y que es una de las
tantas cosas que debo evitar para poder #reinventarme.
Os cuento y ya me decís si soy yo
sola u os pasa a vosotros también.
La mayoría de las veces ya sé cómo
va a acabar la película. Y no estoy hablando de los tan de moda SPOILERS, que
yo prefiero denominar “destripes” (por
usar el castellano, que nunca viene de más). Estoy hablando de que, ante una
determinada situación, ya sé cómo va a acabar el asunto. Mi mente se crea “la película
completa” y me cuenta el final en menos que canta un gallo.
Un ejemplo: Veo a uno de los tres
cerditos correr como un poseso por el parque y mi mente me manda un mensajito
que me dice “ya verás cómo termina en el suelo”. Acto seguido de mi garganta
sale un grito desgarrador (soy MAMADRAMAS) diciendo algo así como: “No corras,
que te vas a caer” y, desgraciadamente, ya sea porque mis hijos tienen el gen
torpe muy subido o porque es lo normal en todos los niños, el susodicho resbala
y cae.
Si fuerais malas personas diríais
que, a lo mejor, con mi grito he descolocado al niño y por eso se ha caído o
que yo soy el problema porque soy gafe. No creáis que no lo he pensado, pero no
os quedéis en la punta del iceberg, vayamos a la parte profunda del tema y
motivo de esta entrada de hoy: EL SÍNDROME DE MORIR DE ANTICIPACIÓN.
Decidme: ¿Por qué reaccionamos así?
¿Por qué queremos anticiparnos a los acontecimientos? Y lo más importante ¿Por
qué pensamos SIEMPRE en lo peor?.
Intentaré responder a las tres
preguntas, y os pido que vosotros reflexionéis también sobre ellas.
¿Por qué reaccionamos así? Pues no
lo sé, lo que sí sé es que no conozco a nadie que viva tan despreocupadamente
como para no pensar o vaticinar qué es lo que va a pasar, ni a corto ni a largo
plazo. Vivimos en un mundo en el que el futuro ha pasado a ser prioridad
(pensiones, ahorros, etc.) y el presente solo un día más que tiene que pasar
rápido para que llegue mañana, y así una y otra vez. BUCLE TOTAL.
¿Por qué queremos anticiparnos a
los acontecimientos? Pues entiendo que para poder cambiarlos. Si sabes lo que
va a pasar tienes una remota posibilidad de poder modificarlo y que lo malo
torne a bueno. Pero mirad lo que le pasaba a BILL MURRAY en “Atrapado en el
tiempo” (y no digo más que no quiero destripar la película).
¿Por qué pensamos SIEMPRE en lo
peor? Si, ya sé, para que las cosas buenas pasen hay que ser positivos y ver el
vaso medio lleno, pero, admitidlo, NADIE lo hace, todo el mundo, SIEMPRE, se
pone en lo peor, ya sea porque somos negativos por naturaleza o porque es un
mecanismo de defensa, así, si al final no pasa nada malo por lo menos ya nos habíamos
puesto en guardia.
El caso es que se supone que
debemos vivir el momento y disfrutar de los pequeños placeres diarios que nos
depara la vida, y yo lo intento, y yo quiero hacerlo, pero en estos momentos, “no
me sale”, mi mente me manda uno tras otro mensajes sobre lo que va a pasar y no
me gustan nada de nada, pero no puedo evitar que lo haga y, sinceramente, no sé
si quiero que deje de hacerlo, a lo mejor es solo un mecanismo de defensa, pero
para mí es un desahogo poder ponerme en guardia para lo que pueda pasar.
La esperanza es lo último que se
pierde, y yo la estoy empezando a perder.
Intentaré empaparme de todos esos
mensajes positivos que recibo diariamente por varios canales y que a mi me
ponen algo nerviosa, no se puede ser tan feliz a todas horas, demasiado azúcar es
imposible de digerir y yo soy un poco diabética en estos temas.
Permitidme que haga esta broma
para que terminemos esta entrada de hoy con un poquito de humor, porque ya me había
puesto bastante seria. Aunque no sé yo si se pueden hacer bromas de este tipo,
tal y como está el patio.
En fin, resumiendo, debo evitar
el “síndrome de la pitonisa” para poder #reinventarme y repetir esto como un
mantra hasta creérmelo… jajajajajaja
Besos
Carmencita