lunes, 4 de diciembre de 2017

un año y tres meses



Siempre fuiste algo borde, era lo que más me gustaba de ti

Besos, Eva

TuCarmencita

martes, 7 de noviembre de 2017

¿infantil yo?





Tener tres cerditos en casa supone un desgaste mental que casi todo el mundo comprende y que casi nadie quiere compartir.

Me explico. Cuando llegas a casa y tienes que lidiar con tres mentes privilegiadas, descansadas y ávidas de carne fresca (véase madre a punto de estallar porque le llevan tocando la moral durante todo el día en la oficina) al final, lo quieras o no, te pones a su altura y entras al trapo cual toro de ganadería conocida.

Pues sí, muuuuuchas veces (yo creo que demasiadas) una servidora se ha visto volviendo a la infancia y peleando a grito pelaooo con uno de los integrantes de mi grupo terrorista particular, utilizando frases como “rebota rebota y en tu culo explota” o  “quien lo dice lo es con el culo al revés”…

INCISO: ¿Por qué todas las frases que “en nuestros tiempos” servían para replicar llevaban la palabra “culo”?

¿Por dónde iba? Ah sí… pues eso, que me tiro al barro y  terminamos siendo una piara de cerditos en vez de la madre sensata contra el mundo que los hizo así.

Es por ello que en esta nueva etapa de #reinventarme he decidido tomarme las cosas con más calma y utilizar más el rollito ZEN y esa frase que me decía una compañera (y que ahora trabaja en su propia guardería/piara) y que rezaba así  “soy un cactus sin espinas, todo me resbala”

Y es que es verdad, está demostrado que cuanto más les chinchas más lo hacen ellos, te siguen el rollo y encima se divierten, y mientras tú, ahí, sufriendo, intentando buscar argumentos más inteligentes y maduros para terminar con el manoseado “porque yo lo digo y punto”… al que te contestan con el odiado “y ¿por qué?”

INCISO: Yo no recuerdo haber cuestionado ni una de las “sugerencias ordenadas” de mis padres…

Otra vez que me pierdo…  Ser infantil algunas veces está bien, empiezas con la coña y al final nos echamos unas risas todos juntos, pero la mayoría de las veces termino muriendo en el campo de batalla y con la sensación de que algo estoy haciendo mal, que he perdido el toque con el que antes salía victoriosa en todas las guerras dialécticas y que ESTO TIENE QUE CAMBIAR porque si no, voy a “PETAR”.

Si, ESTO TIENE QUE CAMBIAR, de eso mismo trata #reinventarme, de un cambio constante para ir a mejor, o como diría para terminar el post “piri ir i mijir”



sábado, 4 de noviembre de 2017

un año y dos meses

Siempre que leo o veo algo relacionado con la cerveza me acuerdo de ti...



Sigo echándote de menos, tonta de mi, todavia tengo la esperanza de que vuelvas

Besos
Carmencita



miércoles, 11 de octubre de 2017

Tus problemas - Mis problemas




En esta nueva etapa de #reinvencion mía que he adoptado, una de mis pajas mentales, como bien indica la imagen que preside este post, ha sido la creación de interminables listas con tareas por hacer… y digo interminable, porque son más largas que un día sin pan.

Una vez hecha la lista se convierte en obsesión para mí ir tachando cada una de las líneas, es decir, se convierte en un verdadero problema, y es ahí donde hay que meter el dedito para intentar solucionarlo.

Porque sinceramente, no es muy sano angustiarse así por conseguir “acabar con la puñetera, larga y jodida lista”  que, además, está llena de tareas “secundarias”.

Casi todas están relacionadas con mi hobby DIY (otra obsesión). Son tareas post-puestas una y otra vez que me llevan a mi otro mundo, el de la creatividad y que hasta hace poco me servían para relajarme y evadirme, pero que ahora, que la vida no me da para nada, siguen ahí.

Colgar cuadros, realizar álbumes con fotos de viajes y eventos varios, terminar de decorar rincones de la casa o realizar manualidades varias, así como colocar incontables cajas de ropa de los tres cerditos, hacer limpiezas periódicas de estancias y armarios, compras inevitables y queridas pero no podidas, etc, son algunas de las lindezas recogidas en mis listas.

 Como podéis observar, las susodichas son la mar de largas y “divertidas” (nótese la ironía, por favor) y siguen ahí, plasmadas en mi agenda y en el móvil, en la aplicación NOTES, con el llamativo título de PENDIENTE (así, en mayúsculas) y que sigue como su título indica: pendiente.

Y os preguntareis por qué, pues porque cuando llego a casa de trabajar, por mucha lista o tonta que tenga en mente lo único que me apetece hacer es NO HACER NADA, y con los tres cerditos esto no es posible, dile tu a ellos que estas cansada y que quieres tirarte en el sofá…

“¿Y qué hacemos nosotros?”, “me aburro”… y así un comentario/reproche tras otro… a ver quién es la espabilaaa que se evade… YO NO.

Eso sí, en cuanto les hablas de las actividades extraescolares que tienen que hacer ellos, la cosa cambia. Aparecen las malas caras y la frase que tanto pasa por mi mente: “no quiero ir, estoy cansado”.

Pues ya somos dos… y más de una vez me ha rondado la idea de “marcarnos unas pellas”, pero no, que la vida está muy complicaaaa como para prescindir de las clases de inglés, la natación y el futbol. Así que, ya nos veis corriendo como locos para llegar a todo: TOTAL STRESS.

La chofer, es decir, una servidora, corre que se las pela desde la salida de la parada del tren para llegar a casa de los abuelos (benditos abuelos), recoger a los tres y llevarlos casi volando en coche hasta la actividad correspondiente, que gracias a los encajes de bolillos, por ahora y hasta nueva orden, se desarrolla para los tres en la misma ubicación y a las misma hora… que otro gallo cantará el año que viene, cuando los DOBLEI y el PANCETA escojan nuevas actividades, MIEDO ME DAAAAAAA.

Bueno, que lo voy a ir dejando, porque se supone que esto lo estoy escribiendo para #reinventarme y no para no hacerme una nueva “paja mental”.

Lo dicho, menos listas y más “hacerse la tonta” para poder #reinventarme de verdad de la güena.

besos
Carmencita

miércoles, 4 de octubre de 2017

Un año y un mes

Érase una vez una Eva a una birra pegada...






Te seguimos echando de menos, guapa.

Besos de tu Carmencita

jueves, 21 de septiembre de 2017

alguien a quien recordar



Ayer escuché que cada 7 segundos alguien enferma de Alzehimer en el mundo. Cada 7 segundos alguien comienza a perder sus recuerdos, sus vivencias, a volverse un poco más robot y un poco más agresivo, a no poder controlar lo que dice y lo que piensa,  ni sus movimientos, ni sus instintos.

Triste ¿verdad?

Hoy, día Mundial del Alzheimer, nos daremos una vez más de bruces con la realidad, con esa enfermedad que no tiene cura pero que si podemos empezar a evitar con simples gestos y “ejercicios de memoria” para poder prepararnos si alguna vez el interruptor salta y el off se convierte en nuestro compañero de viaje.

Mi abuelo tuvo Alzheimer y le vi apagarse poco a poco después de pasar por estadios varios como la necesidad de hablar a toda velocidad y sin sentido, la repetición de frases, el confundir unas personas con otras, la agresividad, la pasividad, la depresión crónica…

Él, que había sido un hombre enérgico (por decirlo suavemente), se había convertido en un bebé grande, sumiso, obediente, que esperaba a que le dieran de comer o le acompañaran a dar un paseo, que se agarraba a tu brazo y a tus ojos con mirada triste y casi perdida.

Ese hombre, que no había parado de trabajar un segundo desde que tenía uso de razón, ahora no era capaz de articular ni una de esas historias con las que a veces nos martilleaba la cabeza a mis primos y a mi… lástima no haberle grabado cuando todavía podía hilar una con otra o cuando me cantaba “chiquitita dime por qué” de ABBA… canción que siempre va acompañada de su recuerdo cada vez que la escucho.

Su recuerdo, sus recuerdos, ¿quién los guarda ahora? ¿Quién se queda con los recuerdos que los enfermos de Alzheimer pierden poco a poco? ¿Dónde van?
Existe un Banco de Recuerdos en el que hace ya algún tiempo reservé un cajoncito para mi abuelo Fausto y para sus experiencias, pero una vez más, la inmediatez de la vida, nuestra prisa por vivir, nuestro “lo quiero ahora” me hicieron olvidar su existencia.

Retomo hoy ese cajoncito e intentaré  hablar con la gente que le conoció, le quiso y hasta le “sufrió” para llenarlo a rebosar, y pretendo hacer uno para mí, para que mis tres cerditos tengan, un día muy muy lejano, donde abrir y encontrarse con la que fue su madre, para lo bueno y para lo malo.


#sigosiendoyo #Alzheimer #reinventandome

lunes, 4 de septiembre de 2017

Un año sin ti...


Una llamada.
Nubes negras,
agua negra,
negra noticia.
Imágenes en sueños.
Oda al adiós.
Solas dejaste a tus
islas.
Negro aniversario,
tristeza negra que nos dio el 
irte así.


Un año sin ti, se ha hecho duro

Besos, Eva

Tu Carmencita