miércoles, 12 de julio de 2017

melarefanfinfla

Ayer fue un día malo, uno de esos en los que mejor no haberse levantado de la cama, porque… ¿para qué?

La situación que viví fue una de esas en las que tú sabes perfectamente que has hecho las cosas bien pero hay alguien que se empeña en decir lo contrario, niega y niega la mayor, te dice una y otra vez que lo que le estás contando no es cierto y después de pelear durante DEMASIADO TIEMPO se queda sin argumentos y  te da la razón como a los locos, dejándote totalmente descolocada.

¿Habéis pasado alguna vez por ello?

Sinceramente, estuve fatal toda la mañana, sintiéndome la última xxx del mundo, rememorando una y otra vez los pasos que había dado y en qué “me había equivocado” para que ese alguien pensara que yo era una incompetente… llegué a casa tan cansada que solo quería tumbarme y dejar que pasara el día, así, sin más.

Después, bicheando INSTAGRAM, me encontré con esta imagen de @detrimentolopez  (gran artistaza) y pensé que tenía tooooda la razón del mundo.



LINK A LA IMAGEN ORIGINAL: https://www.instagram.com/p/BWaWLxxDiMN/?taken-by=detrimentolopez

Volví a pensar en el tema y me di cuenta de que no merecía la pena estar así, que debía resetear y pensar como Detrimento, que me la refanfinfla, que yo sé que mi versión era la real y que existen universos paralelos (nunca mejor dicho) en los que las fechas del calendario se mueven a gusto del consumidor y en los que las peticiones se remiten cuando se tercia y no cuando se solicitan.

Hacía tiempo que no me encontraba con algo así, de hecho, la ultima vez que me sucedió escribí un poema que seguro que está en alguno de los post de este ya viejuno blog… a ver si lo encuentro.

Era más joven y más creativa a la hora de afrontar este tipo de situaciones. Ahora, con mis años, prefiero utilizar esta frase tan tarantan que lo resume todo…

Lo dicho: ME LA REFANFINFLA


OTRA FORMA DE #REINVENTARME

Pues eso, guapetorros, ahí os dejo

Besos

Carmencita

lunes, 10 de julio de 2017

¿cómo es posible?

Hace unos días, viniendo a trabajar, escuchamos una noticia que nos dejó helados.

Habían encontrado el cadáver de una mujer en su casa, había muerto hacía 8 años y nadie, repito, nadie se había dado cuenta de dicho fallecimiento.

Los vecinos no vieron nada extraño, es más, pensaron que se había mudado. Y eso que su coche seguía aparcado en la plaza de garaje correspondiente y acumulaba polvo y suciedad.

Tampoco sus amigos ni familiares. La pobre mujer no debía ser muy popular/querida.

Solo la inmobiliaria a la que religiosamente pagaba el alquiler vía transferencia se dio cuenta de que pasaba algo raro cuando dejó de recibirla. Se puso en contacto con las autoridades de turno para denunciarla por “impago” y cuando fueron a entregar la notificación pertinente, allí se encontraron con el cuerpo presente de la mujer.

No quiero hacer de esta noticia un chascarrillo gracioso. A mí no me resulta tema de risa, al contrario, me resulta la mar de triste morir y que nadie “te reclame”.

¿Qué nos ha pasado? ¿Cómo hemos llegado al punto de vivir tan encerrados en nosotros mismos que la vida/muerte de una persona nos pasa desapercibida?

¿Dónde han quedado aquellas comunidades de vecinos en las que todo el mundo se conocía, donde podías bajar a pedir las llaves si se te habían olvidado dentro de casa o a pedir que te prestaran un huevo, un poco de sal o que se quedaran con tu hijo porque tenías que ir al médico?

Siento ponerme melancólica pero el tema lo merece. Yo recuerdo perfectamente que cuando vivía en casa de mis padres todos los vecinos se conocían y se preocupaban unos de otros. Siempre estaba el típico que no caía bien a nadie, pero no llegaban a darle de lado del todo, seguro que se habrían dado cuenta de su ausencia en unos días, no habrían esperado a que pasaran 8 años.

Pero ahora, que vivimos con tanta prisa, a penas cruzamos una palabra con nuestros vecinos, el que más o el que menos, sube del garaje directamente a su casa y no pasa por descansillo ninguno.

Yo he tenido, en este caso, más o menos suerte, he dado con una comunidad de gente joven con niños que han hecho una piña al “viejo estilo”. La forma de comunicación es via wsp (jejejeje, como no) pero por lo menos, tienes a quién preguntar y siempre hay alguien que contesta y te echa una mano.
Lo del tema de los niños ha ayudado mucho, porque en el parque de la urbanización tienes que “socializar”. El que quiere lo hace y el que no, se sienta en el banco y “se hace el sueco” (que también los hay).

Pero desde pequeño blog me gustaría reivindicar el abandono de esa actitud “individualista radical” que tenemos todos, ese “yo soy yo y a los demás que les den”, y volver al sencillo arte de convivir.

UNA NUEVA FORMA DE #REINVENTARME, DE #REINVENTARNOS


Besos

Carmencita


viernes, 7 de julio de 2017

Declaración de intenciones 2.0

Hace tiempo, en una reunión/cena de compañeros de colegio, a los que no veía desde hace la tira de tiempo, se me ocurrió preguntar por el deseo que pedirían al soplar las velas de los 40 años.

Uno  de ellos me respondió que su deseo para los 40 era llegar a los 41.

Si lo pensamos, es un deseo coherente y no muy difícil de alcanzar, pero… ¿en qué condiciones?

Y es que cuando llegamos a la temible barrera de los 40 (en mi caso desde el pasado 15 de abril) la cabeza se te llena de dudas existenciales y preguntas que, en un principio, parecen tan obvias que te da miedo formularlas… pero que si no te las haces y las respondes, se terminan enquistando.

Esas temidas preguntas son:

¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Me gusta la vida que estoy viviendo? y la más importante de todas… si no me gusta lo que veo ¿cómo puedo cambiarlo?

Pues bien, una servidora va a ser valiente y va a responder a esas preguntas, aunque duela:

¿Qué estoy haciendo con mi vida? Sinceramente, no lo sé. Ni en mis sueños más remotos, cuando fantaseaba con ser mayor, se me hubiera ocurrido verme con 40 años, casada y con tres cerditos, trabajando en algo que no me gusta y viviendo una vida que sé que podría mejorar.

Aclaremos: no me quejo de MI VIDA, pero esperaba más de ella. Esperaba llegar más lejos, sobre todo en el tema laboral. Me hubiera gustado encontrar un trabajo en el que poder disfrutar y crear, pero no ha sido así.

¿Me gusta la vida que estoy viviendo? Si y no.

Si: porque MI Santo y los tres cerditos son esos grandes tesoros que ni por todo el oro del mundo cambiaría. Son MIS logros, la fuerza que me ayuda a levantarme cada mañana.

No: porque sé que nos merecemos algo más, que esto no se puede quedar así, que hay que buscar una solución. REINVENTARME.

Y esa es la respuesta a la última pregunta ¿Cómo puedo cambiarlo? REINVENTÁNDOME

Y  eso es lo que tengo que conseguir: REINVENTARME por dentro y por fuera.

Mis 3 metas:

-          Ser una MALAMADRE a la que los tres cerditos hagan caso.
-          Realizarme LABORALMENTE hablando.
-          Ser una MILF.

Y para ello me pongo una fecha límite, el 15 de abril de 2018.  

Fer, hago tu deseo mío y…


 “A Dios pongo por testigo que conseguiré #reinventarme”.

Besos
Carmencita


martes, 4 de julio de 2017

ya son 10

Siempre encuentro la frase que tú habrías dicho...



Muchos besos Eva.
Te seguimos echando de menos

Tu Carmencita

domingo, 4 de junio de 2017

y van 9...

Este comentario sería muy suyo...

LINK A LA IMAGEN ORIGINAL

Eva, cada vez te echo más de menos...
Donde quiera que estés, espero que haya mucha cerveza y que tengas un ratito para conectarte a Internet y ver este blog y para cuidar de nosotras.

Muchos besos de tu Carmencita.

jueves, 4 de mayo de 2017

ocho ya

Y no hay día que no te mencionemos, Eva.


Estoy segura que si todavía andaras por aquí, dirías esto con esa naturalidad que te caracterizaba :)

Donde quieras que estés, seguiremos acordándonos de tí.

Besos de tu Carmencita